Política DLP para empresas

Cómo crear una política DLP en una empresa: Guía práctica para proteger vuestra información

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Proteger los datos sensibles de una empresa no es solo una necesidad; es una prioridad estratégica en un mundo cada vez más digitalizado. Implementar una política de Prevención de Pérdida de Datos (DLP) es la clave para evitar riesgos como filtraciones, acceso no autorizado y sanciones legales.

En esta guía, no solo exploraremos los pasos para crear una política DLP, sino que también proporcionaremos consejos prácticos y herramientas para que podáis empezar a aplicarla hoy mismo.

¿Qué es una política DLP y por qué la necesitáis?

Una política DLP es un conjunto de medidas diseñadas para proteger datos sensibles, como información financiera, propiedad intelectual o datos personales, frente a riesgos internos y externos. Sin una estrategia clara, vuestra empresa podría exponerse a consecuencias graves, como:

Por eso, más allá de teorizar, os proponemos un plan paso a paso aplicable desde el primer día.

Pasos prácticos para crear una política DLP efectiva

1. Inventario de datos: ¿Qué información manejáis y dónde está?

Práctica recomendada: No confiéis en conjeturas. Utilizad herramientas de descubrimiento de datos como Varonis o Netwrix Auditor para mapear vuestros activos digitales. Clasificad la información en tres categorías principales:

  • Alta sensibilidad: Información financiera, datos de clientes o patentes.
  • Media sensibilidad: Documentos internos sin impacto crítico.
  • Baja sensibilidad: Archivos públicos o de marketing.

Una vez identificados los datos críticos, marcad su ubicación (servidores, dispositivos locales, nube) y evaluad sus riesgos.

Si vuestra empresa maneja bases de datos de clientes en Salesforce, identificad qué usuarios tienen acceso y si se han descargado datos sensibles en sus dispositivos.

2. Establecer controles de acceso realistas

No os limitéis a bloquear todo. Diseñad un sistema basado en el principio de mínimos privilegios: cada empleado solo accede a la información necesaria para su función.

Cómo hacerlo:

  • Configurad permisos dinámicos en herramientas como Microsoft Azure Active Directory.
  • Aplicad políticas de acceso condicional: bloquead usuarios externos o conexiones sospechosas (por ejemplo, un acceso desde un país inesperado).

Realizad una auditoría mensual de accesos con software como Okta para detectar comportamientos inusuales.

3. Implementar herramientas DLP específicas

Las herramientas DLP son vuestro mejor aliado para prevenir fugas. Elegid soluciones que se adapten a vuestro entorno de TI. Aquí tenéis algunas opciones según vuestro tamaño y presupuesto:

  • Para pymes: Symantec DLP o Endpoint Protector.
  • Para grandes empresas: Forcepoint o McAfee Total Protection.
  • Ecosistemas específicos (como Office 365): Microsoft Purview.

Configurad alertas automáticas para detectar comportamientos inusuales, como transferencias de archivos grandes fuera del horario laboral.

4. Formación del equipo: Evitad el error humano

El 88% de las brechas de datos son causadas por errores humanos. No basta con tecnología avanzada; vuestro equipo necesita entender los riesgos y saber cómo actuar.

Acciones inmediatas:

  • Organizad talleres trimestrales sobre ciberseguridad.
  • Creación de simulacros de phishing para medir la respuesta del personal.
  • Introducid políticas claras sobre el uso de dispositivos personales (BYOD).

Consejo: Utilizad plataformas como KnowBe4 para automatizar la formación en seguridad.

5. Establecer un protocolo de respuesta ante incidentes

Incluso con una política sólida, ningún sistema es infalible. Preparad un plan para actuar rápidamente si ocurre una fuga de datos.

Qué incluir en el protocolo:

  1. Identificación del incidente: Usad herramientas SIEM (Security Information and Event Management).
  2. Contención: Aislad sistemas afectados para evitar propagación.
  3. Comunicación: Notificad a las partes implicadas (clientes, autoridades).
  4. Recuperación: Restaurad datos desde copias de seguridad.

Preparad un “kit de emergencia” con contactos clave (proveedores DLP, asesores legales) y un guion preaprobado para informar a los afectados.

Conclusión: No dejéis que los riesgos os pillen desprevenidos

Crear una política DLP no es solo una tarea técnica; es una inversión en la continuidad y reputación de vuestra empresa. Con los pasos prácticos descritos, podréis empezar a implementar medidas efectivas desde hoy mismo.

¿Necesitáis más orientación o ayuda para implementar estas prácticas? No dudéis en contactarnos; estamos aquí para ayudaros a proteger vuestra información.