Las contraseñas son la primera línea de defensa en la ciberseguridad de cualquier empresa. Sin embargo, todavía es común encontrar empleados que usan claves como «empresa123» o reutilizan la misma en múltiples servicios. Este tipo de prácticas abre la puerta a riesgos innecesarios que podrían evitarse con una política de contraseñas clara y efectiva.
Implementar una buena estrategia no solo protege la información, sino que también fortalece la confianza del equipo en los sistemas internos. A continuación, te damos los mejores consejos para crear una política robusta y fácil de aplicar en cualquier tipo de empresa.
Establece requisitos claros y realistas
El primer paso para crear una política de contraseñas eficaz es definir los requisitos mínimos de seguridad. Las contraseñas deben ser:
- Largas: Al menos 12 caracteres.
- Complejas: Una combinación de mayúsculas, minúsculas, números y símbolos.
- Únicas: Prohibid la reutilización de contraseñas en múltiples plataformas.
Pedir contraseñas complejas no significa complicarles la vida a los empleados. Por ejemplo, una cadena como «M3sa!2024.Café» es fácil de recordar (siguiendo un patrón personal) y cumple los requisitos de seguridad.
Evita imponer normas demasiado estrictas, como cambios constantes cada 30 días, porque muchas veces generan el efecto contrario: contraseñas más simples y anotadas en lugares visibles. Lo ideal es renovar las contraseñas cada 6 meses y, si un empleado pierde acceso, forzar un cambio inmediato.
Combina las contraseñas con autenticación multifactor (MFA)
Las contraseñas por sí solas no son infalibles. Los ataques de fuerza bruta y el phishing pueden comprometerlas rápidamente si no se complementan con medidas adicionales, como la autenticación multifactor (MFA).
Este sistema requiere una segunda comprobación de identidad, como un código generado en una app como Google Authenticator o una notificación en el móvil del usuario. Implementarlo en accesos críticos, como el correo electrónico o la nube, reduce drásticamente los riesgos de intrusión.
Si tu empresa tiene empleados teletrabajando, el uso de MFA es aún más relevante. Aquí puedes consultar mejores prácticas para proteger tu empresa en un entorno de trabajo remoto.
Fomenta el uso de gestores de contraseñas
Pretender que cada empleado memorice 10 o 15 contraseñas complejas y diferentes es poco realista. El uso de un gestor de contraseñas simplifica este proceso, garantizando que cada clave sea única, segura y accesible cuando se necesita.
Estas herramientas permiten a los usuarios generar contraseñas aleatorias e introducirlas automáticamente en cualquier plataforma. Además, protegen toda la información con cifrado avanzado, evitando accesos no autorizados incluso si los dispositivos son comprometidos.
Si te preguntas si realmente merece la pena, puedes leer más sobre por qué tu empresa necesita un gestor de contraseñas.
Concienciación: la seguridad empieza por los empleados
Una política de contraseñas, por muy completa que sea, fracasa si los empleados no comprenden su importancia. Formar a tu equipo en buenas prácticas es esencial para evitar errores que comprometan la seguridad.
Por ejemplo, dejar la contraseña escrita en un post-it junto al ordenador sigue siendo un problema común. También lo es enviar contraseñas por correo sin cifrar o compartirlas en herramientas de mensajería no seguras.
Organiza sesiones periódicas donde se expliquen conceptos básicos, como:
- Cómo crear contraseñas seguras y fáciles de recordar.
- Por qué no se deben reutilizar contraseñas personales.
- Qué hacer en caso de detectar accesos sospechosos.
Integrar este tipo de formación en la cultura de la empresa evitará errores humanos que podrían derivar en brechas de seguridad.
Monitorización y control de accesos
Una política de contraseñas efectiva debe ir acompañada de un sistema que permita supervisar y controlar los accesos. Implementar herramientas de monitorización ayuda a detectar comportamientos anómalos, como intentos de inicio de sesión desde ubicaciones desconocidas.
Además, establecer diferentes niveles de acceso según los roles de cada empleado limita el riesgo en caso de que una contraseña se vea comprometida. Por ejemplo, un trabajador del departamento de ventas no debería tener acceso a información financiera o sistemas críticos de la empresa.
Si quieres profundizar más en cómo proteger los sistemas de tu negocio, puedes leer nuestro artículo sobre cómo proteger la información de tu empresa.
Errores comunes que debes evitar
Aunque las políticas de contraseñas son fundamentales, muchas empresas cometen errores que terminan restando eficacia a estas medidas:
- Permitir contraseñas débiles o simples: Palabras comunes, fechas de nacimiento o secuencias como “12345” son extremadamente fáciles de vulnerar.
- No imponer cambios periódicos: Contraseñas inalteradas durante años son un riesgo latente.
- No tener una respuesta ante accesos sospechosos: Si se detecta un intento fallido reiterado, se debe bloquear la cuenta y forzar el cambio de contraseña.
- Olvidar el acceso de empleados que dejan la empresa: Las cuentas antiguas son una puerta abierta para ataques si no se eliminan o desactivan.
Ejemplo de política básica de contraseñas
Una política sencilla pero efectiva podría incluir los siguientes puntos:
- Longitud mínima: 12 caracteres.
- Combinación de seguridad: Letras mayúsculas, minúsculas, números y símbolos.
- Renovación periódica: Cada 6 meses, sin permitir contraseñas anteriores.
- Uso de autenticación multifactor para accesos críticos.
- Gestores de contraseñas recomendados para todos los empleados.
- Revisión periódica de accesos: Para detectar cuentas inactivas o sospechosas.
- Formación constante para concienciar sobre buenas prácticas.
Conclusión: Protege tu empresa desde la base
Crear una política de contraseñas robusta no solo es una medida preventiva, sino una garantía de que tu empresa está comprometida con la seguridad de sus datos y sistemas. Combinando buenas prácticas como contraseñas seguras, autenticación multifactor y gestores de contraseñas, reducirás drásticamente el riesgo de brechas y accesos no autorizados.
Si todavía tienes dudas sobre cómo aplicar estas medidas, recuerda que proteger las contraseñas es solo una parte de un plan de ciberseguridad más amplio. No te pierdas nuestro artículo sobre qué son los datos confidenciales y cómo protegerlos para completar la protección de tu empresa.
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