¿Tus archivos importantes están repartidos entre ordenadores, discos externos y servicios en la nube? ¿Te preocupa que, si uno falla, puedas perder datos críticos o dejar de operar durante horas? Entonces ha llegado el momento de plantearte seriamente instalar un NAS en tu empresa.
Actualmente, tener el control sobre dónde están tus datos y cómo se accede a ellos no es un lujo, es una necesidad. Y aquí es donde entra el NAS: una solución potente, segura y más accesible de lo que imaginas.
¿Qué es un NAS (y por qué cada vez más empresas lo usan)?
NAS significa Network Attached Storage, o en español, “almacenamiento conectado a red”. Básicamente, es un dispositivo que se enchufa a la red de tu empresa y te permite guardar, compartir y proteger archivos desde un único lugar centralizado, al que pueden acceder varios usuarios desde distintos equipos o ubicaciones.
A diferencia de un disco duro externo, que solo puede usarlo quien lo tenga conectado a su ordenador, un NAS está siempre disponible en la red y puede ser accedido por quien tú autorices, desde dentro de la oficina o desde fuera si trabajáis en remoto.
Piénsalo como tu propio servidor privado de archivos, pero sin la complejidad de montar uno desde cero. Si no tienes claro qué tipo de sistema necesita tu empresa, también puedes revisar cómo optimizar la infraestructura IT.
¿Qué ventajas ofrece un NAS para tu negocio?
Un NAS no solo resuelve el caos de tener los archivos repartidos por todos lados. Bien configurado, puede ser un auténtico salvavidas. Aquí tienes sus principales ventajas explicadas con claridad:
1. Todos los datos, centralizados y bien organizados
Ya no más carpetas duplicadas en distintos ordenadores, archivos desactualizados o versiones que nadie sabe cuál es la buena. Un NAS centraliza toda la información en un único punto accesible y con permisos controlados.
Esto es clave si además quieres cumplir con normativas como el RGPD. Aquí te explicamos cómo afecta el RGPD a las pymes.
2. Copias de seguridad automáticas (y silenciosas)
Puedes configurar el NAS para que haga copias de seguridad periódicas de todos los equipos, sin que los empleados tengan que hacer nada. Incluso puede guardar versiones anteriores de los archivos, lo que resulta muy útil si alguien borra algo por error o si sufrís un ataque de ransomware.
¿No sabes por dónde empezar a proteger tus datos? Aquí tienes una guía práctica para crear una política de DLP.
3. Acceso desde cualquier lugar
¿Tenéis empleados en remoto o necesitáis consultar documentos fuera de la oficina? Un NAS permite acceder a los archivos desde cualquier sitio, siempre que se configure con una conexión segura (VPN, portal web protegido, app móvil…).
Puedes complementar esta funcionalidad aplicando buenas prácticas como las que explicamos en nuestra guía de ciberseguridad en el teletrabajo.
4. Seguridad de los datos
Con un NAS puedes:
- Establecer quién puede acceder a qué carpetas.
- Cifrar los datos para que no puedan ser leídos si alguien roba los discos.
- Añadir doble autenticación para evitar accesos no autorizados.
- Recibir alertas si pasa algo raro en el sistema.
Y si quieres reforzar aún más la protección, revisa nuestra comparativa de software de protección de datos.
5. Escalabilidad sin complicaciones
Puedes empezar con pocos discos y añadir más a medida que tu empresa crece. Incluso hay modelos que permiten conectar unidades de expansión, sin tener que cambiar de equipo.
6. Ahorro frente a otras opciones
Frente a montar un servidor tradicional, un NAS consume menos energía, cuesta menos y es más fácil de gestionar, incluso sin tener un informático dedicado.
¿Cómo saber qué NAS necesita tu empresa?

Aquí no hay una solución única para todos. Depende mucho del tamaño de tu equipo, del tipo de archivos que manejáis y de cómo trabajáis. Pero hay algunas claves que te ayudarán a acertar:
1. ¿Para qué lo necesitas exactamente?
Define si lo usaréis solo para compartir archivos, como destino de backup, para videovigilancia, como nube privada o incluso para alojar aplicaciones empresariales.
2. ¿Cuántas personas lo usarán a la vez?
Si sois más de 10 accediendo a la vez, asegúrate de que el NAS tenga buena CPU, RAM y conectividad (2.5GbE o más).
3. ¿Qué volumen de datos gestionáis?
Calcula lo que tenéis ahora, y proyéctalo a 3 años vista. Deja margen para snapshots, RAID y futuras ampliaciones.
4. ¿Qué nivel de seguridad necesitas?
Asegúrate de que soporte cifrado, autenticación multifactor, logs de actividad y parches automáticos. Si además queréis centralizar la protección, echad un vistazo a cómo funciona un plan director de seguridad.
5. ¿Qué más queréis que haga el NAS?
¿Servir como centro multimedia? ¿Sincronizar con la nube? ¿Montar una nube privada? Elige un modelo con ecosistema de apps adecuado a vuestras necesidades.
Errores frecuentes que debes evitar
- Comprar corto de espacio y tener que actualizar antes de tiempo.
- No hacer backup del NAS. RAID no es copia de seguridad.
- Usar discos baratos que no están pensados para uso 24/7.
- No actualizar el sistema y dejar el NAS vulnerable a ataques.
- No pensar en la red: un NAS potente con una red lenta es como tener un Ferrari en una carretera de tierra.
Conclusión: el NAS como pilar de seguridad, productividad y crecimiento
Contar con un NAS ya no es opcional si quieres que tu empresa trabaje de forma ágil, segura y preparada para crecer. Un NAS bien elegido y bien configurado puede ser la base para proteger vuestros datos, mejorar la colaboración, facilitar el teletrabajo y cumplir con normativas clave.
Si no sabéis por dónde empezar o queréis una solución adaptada a vuestra realidad, en Nimbus Tech podemos ayudaros.