respuesta ante incidentes en la nube

Cómo responder ante un incidente de seguridad en la nube

Cuando ocurre un incidente de seguridad en la nube, cada minuto cuenta. Muchas empresas reaccionan tarde no por falta de herramientas, sino porque no saben qué hacer, quién debe actuar ni cómo contener el impacto. En ese momento, tener un protocolo claro y realista marca la diferencia entre controlar la situación o sufrir pérdidas irreversibles.

A continuación te explicamos cómo debe responder una empresa paso a paso ante un acceso no autorizado, una filtración de datos, un borrado accidental o un ataque como el ransomware en entornos cloud como Microsoft 365, Google Workspace, AWS o Azure.

Detectar el incidente: sin visibilidad, no hay respuesta

El primer reto no es arreglar nada, sino saber que algo está ocurriendo. La mayoría de incidentes de seguridad pasan desapercibidos durante días o semanas, y cuando se detectan ya han causado daños.

Por eso es fundamental activar funciones de auditoría, alertas y registros en todos los servicios cloud que uséis. Aseguraos de tener habilitados los siguientes elementos:

  • Registros de actividad de usuario y administrador, incluyendo accesos, cambios en archivos, modificaciones de permisos y accesos fallidos.
  • Alertas de comportamiento anómalo, como descargas masivas, accesos desde países poco habituales o cambios masivos en permisos.
  • Informes de dispositivos conectados a la cuenta corporativa, especialmente móviles o equipos personales.

Esto permite detectar indicios claros: movimientos inusuales de archivos, entradas desde ubicaciones no reconocidas, generación de usuarios nuevos sin justificación o cambios de configuración no programados.

Las empresas que ya han implementado soluciones SIEM o herramientas de detección avanzada lo tienen más fácil. Si no es vuestro caso, es importante establecer al menos una supervisión básica y centralizada. Aquí os recomendamos consultar esta guía sobre mejores herramientas de seguridad en la nube para empresas, que incluye opciones accesibles y efectivas.

Contener el problema sin agravar el daño

Una vez detectado el incidente, el objetivo inmediato es contenerlo. Pero cuidado: muchas veces, el primer impulso (eliminar una cuenta, restaurar una copia, cerrar un acceso) puede destruir evidencias o incluso empeorar la situación si no se hace bien.

En Nimbus Tech recomendamos este orden de acciones:

  1. Aislar el origen del incidente. Si estáis ante una cuenta comprometida, desactivadla temporalmente pero no la borréis. Así conservaréis los registros de actividad para su análisis.
  2. Suspender los accesos externos innecesarios. Esto incluye proveedores, herramientas conectadas por API o sesiones abiertas en dispositivos personales.
  3. Analizar el alcance. Determinad qué datos pueden haberse visto afectados. Aquí es vital tener una clasificación previa de la información y saber qué nivel de sensibilidad tiene. Si no lo tenéis claro, recomendamos revisar primero vuestra política de protección de datos en la nube.
  4. Comprobar si hay persistencia. En ataques avanzados (como ransomware o accesos persistentes), el atacante puede haber dejado puertas traseras activas. Restaurar un backup en este punto puede reinfectar el sistema. Es preferible asegurar primero el entorno con análisis forense o herramientas automáticas de detección.
  5. Registrar cada acción. Desde el minuto uno, todo debe documentarse: quién detectó el incidente, qué se hizo, cuándo y con qué resultado. Esta trazabilidad será clave en caso de tener que justificar vuestra actuación ante el regulador o ante terceros afectados.

Recuperar la operatividad sin comprometer la seguridad

Cuando se ha contenido el incidente, el siguiente paso es restablecer el servicio. Pero hacerlo sin una validación previa puede ser un error crítico. No se trata de volver a funcionar “cuanto antes”, sino de volver con garantías. Restaurar datos sin eliminar el vector de ataque solo sirve para repetir el problema.

Antes de restaurar un backup o reactivar el sistema afectado, es imprescindible verificar que el entorno esté limpio. Esto puede requerir:

  • Analizar el sistema con herramientas de detección de amenazas actualizadas.
  • Revisar logs y registros para asegurarse de que no quedan accesos no autorizados activos.
  • Validar que las configuraciones de seguridad estén reforzadas (MFA, roles, permisos, integraciones externas…).

Una vez validado todo, se puede iniciar el proceso de recuperación:

  • Restaurar la información desde una copia de seguridad externa e inmutable (nunca del mismo sistema comprometido).
  • Validar la integridad de los datos recuperados antes de reabrir el acceso a usuarios.
  • Comunicar de forma clara al equipo qué ha ocurrido, qué se ha hecho y cómo deben actuar (cambiar contraseñas, no abrir ciertos archivos, evitar accesos desde dispositivos no autorizados…).

Esta es la fase donde un Plan de Contingencia y Continuidad de Negocio bien estructurado marca la diferencia. Si ya contáis con uno, os recomendamos revisar que cubra también entornos cloud. Si no lo tenéis, podéis apoyaros en nuestra guía sobre cómo hacer un Plan de Contingencia para empresas, donde explicamos paso a paso cómo implantarlo con criterios actualizados.

Comunicación interna y externa: claridad y control

En medio de una crisis de seguridad, el silencio genera desconfianza. La falta de información puede multiplicar el impacto del incidente, tanto a nivel interno como externo.

Internamente, el equipo necesita saber qué ha pasado y cómo actuar. No todos deben recibir los mismos detalles, pero sí una comunicación clara que evite el caos: qué pueden usar, qué deben evitar, cómo colaborar con el proceso de recuperación.

Si el incidente afecta a datos personales o de clientes, puede ser obligatorio notificarlo ante la AEPD en un plazo máximo de 72 horas. También conviene tener preparada una plantilla para comunicar a los afectados, en función del tipo de datos expuestos. Aquí no solo se juega la legalidad, sino la reputación.

En estos casos, una reacción transparente y rápida demuestra responsabilidad. Y eso tiene mucho más valor que esconder el problema o improvisar respuestas genéricas. Si la brecha es grave, considera también asesorarte con un abogado especializado en protección de datos y un experto en comunicación de crisis.

Después del incidente: cómo evitar que vuelva a ocurrir

respuesta ante incidentes en la nube

Una vez recuperada la operatividad y comunicada la situación, muchas empresas vuelven a su rutina como si nada. Grave error. Cada incidente debe aprovecharse como punto de inflexión para revisar lo que no funcionó, corregirlo y fortalecer los mecanismos de prevención y respuesta.

Esto se conoce como fase de lecciones aprendidas, y no es solo una formalidad: es la clave para que el siguiente incidente (porque lo habrá) os pille preparados.

Medidas clave a implementar después de un incidente cloud

1. Revisar el plan de respuesta ante incidentes
Si no teníais uno, es el momento de construirlo. Si ya lo teníais, preguntad:
¿Funcionó? ¿Se activó a tiempo? ¿Todos sabían qué hacer? ¿Qué parte del plan no se cumplió?
Desde Nimbus Tech recomendamos que el plan esté alineado con herramientas de supervisión cloud y que incluya pruebas periódicas.

2. Implementar una solución SIEM o XDR
Un sistema de Security Information and Event Management (SIEM) os permite correlacionar eventos en tiempo real y detectar amenazas que un antivirus no verá. Algunas soluciones modernas incluyen detección extendida (XDR), que unifica alertas de endpoints, cloud, red y correo electrónico.

3. Usar plataformas CNAPP si trabajáis en entornos complejos
Si ya trabajáis con contenedores, Kubernetes o varios proveedores cloud, una Cloud Native Application Protection Platform (CNAPP) os permitirá integrar CSPM (seguridad de configuración), protección de cargas de trabajo y gestión de permisos en un solo entorno.
Estas soluciones están diseñadas para empresas en crecimiento que no quieren perder visibilidad ni control.

4. Automatizar la respuesta inicial a incidentes
Plataformas SOAR (Security Orchestration, Automation and Response) permiten definir respuestas automáticas ante eventos críticos: bloqueo de usuarios, aislamiento de recursos, envío de alertas o activación de protocolos.
Esto reduce el tiempo de reacción y evita errores humanos en momentos críticos.

5. Auditar el acceso a datos sensibles
Después de un incidente, es obligatorio revisar quién tenía acceso, por qué y si ese acceso era justificado. Si no lo hacéis, volverá a pasar.
Aprovechad para ajustar roles, aplicar principios de privilegio mínimo y reforzar la autenticación.

En nuestro artículo sobre qué hacer si hackean tu empresa, explicamos cómo aplicar estos principios también en entornos híbridos o locales.

Conclusión: la nube es segura, pero solo si sabéis cómo responder

Responder ante un incidente cloud no se trata solo de apagar fuegos, sino de gestionar el riesgo con inteligencia y liderazgo. Cada empresa debería tener clara una hoja de ruta: cómo detectar, cómo contener, cómo recuperar y cómo mejorar. No hace falta tener un gran equipo de ciberseguridad, pero sí tomar decisiones con criterio.

En Nimbus Tech ayudamos a empresas como la vuestra a auditar su entorno cloud, mejorar sus capacidades de detección y reacción, y construir un modelo de seguridad adaptado a su realidad, sin complicaciones innecesarias.

Si queréis revisar vuestro plan de respuesta o integrar soluciones avanzadas como CNAPP, SIEM o backups inmutables, estamos listos para ayudaros.

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