Antivirus con EDR o sin EDR

Cómo elegir entre un antivirus con EDR o uno sin EDR según el tipo de negocio

Hoy, ningún negocio —por pequeño o grande que sea— está a salvo de un ciberataque.
Ransomware que paraliza operaciones, fraudes por phishing que vacían cuentas, malware que se instala sin ser detectado… Las amenazas son cada vez más sofisticadas y rápidas.

En este contexto, la seguridad de los endpoints (ordenadores, portátiles, servidores y dispositivos móviles corporativos) se ha convertido en la primera línea de defensa. Y aquí surge la gran pregunta:
¿basta con un antivirus tradicional o es momento de dar el salto a una solución con EDR (Endpoint Detection and Response)?

La respuesta no es igual para una pyme de cinco empleados que para una empresa con cientos de dispositivos y teletrabajo extendido. Depende de vuestro perfil de riesgo, del presupuesto, de las exigencias normativas y, sobre todo, de cómo gestionáis la seguridad en el día a día.

En Nimbus Tech hemos acompañado a empresas de todos los tamaños a tomar esta decisión. Lo que vamos a compartir aquí no es teoría: es lo que hemos visto funcionar en entornos reales, respaldado por las recomendaciones del INCIBE y el CCN-CERT.

EPP y EDR: qué son y en qué se diferencian (sin tecnicismos innecesarios)

Antivirus tradicional (EPP)

Es como un guardia que vigila la puerta. Detecta y bloquea malware conocido, usando firmas y reglas predefinidas. Funciona bien contra amenazas comunes, pero puede no detectar ataques nuevos o más elaborados. Si quieres profundizar en opciones fiables, revisa nuestra comparativa de los mejores antivirus para empresas.

EDR (Endpoint Detection and Response)

Aquí hablamos de un guardia que, además de vigilar la entrada, patrulla dentro, analiza comportamientos en tiempo real y actúa si ve algo raro: aísla el equipo, bloquea procesos y avisa.
Según INCIBE, un EDR combina antivirus con monitorización continua, análisis de comportamiento e inteligencia artificial, lo que permite detectar amenazas desconocidas y responder antes de que causen daños.

Normativa en España

  • El Esquema Nacional de Seguridad (ENS) recomienda el uso de soluciones avanzadas como el EDR en entornos críticos.
  • El CCN-CERT certifica algunas soluciones (por ejemplo, CrowdStrike Falcon o TEHTRIS EDR) dentro del Catálogo CPSTIC.
  • Normas como la ISO 27001 para empresas o el RGPD no obligan a tener EDR, pero sí a implantar controles proporcionales al riesgo. En sectores como sanidad o banca, un EDR facilita el cumplimiento.

Cómo decidir según vuestro tipo de negocio

La elección entre EPP y EDR no es solo un tema de precio: es una cuestión de nivel de exposición, capacidad de respuesta y exigencias regulatorias.

Pymes sin equipo IT interno

  • Situación típica: pocos equipos, bajo presupuesto, amenazas genéricas.
  • Riesgo principal: malware estándar, ataques por correo electrónico.
  • Solución práctica: un buen antivirus (EPP) con filtrado de correo, copias de seguridad automáticas y soporte externo suele ser suficiente. Si queréis subir un peldaño sin complicar la gestión, un EDR gestionado por un proveedor externo es una opción equilibrada.

Empresas medianas con teletrabajo o datos críticos

  • Perfil: usuarios remotos, acceso a información sensible.
  • Riesgo: ransomware dirigido, movimientos laterales en la red.
  • Recomendación: EDR con aislamiento remoto y restauración de cambios, integrado con un SOC o SIEM. En entornos distribuidos, aplicad medidas como las que describimos en nuestra guía de ciberseguridad en el teletrabajo.
  • Organismos públicos o empresas reguladas

Organismos públicos o empresas reguladas

  • Situación típica: obligación de cumplir ENS, contratos con administraciones o gestión de infraestructuras críticas.
  • Riesgo principal: ataques persistentes avanzados, espionaje industrial.
  • Solución práctica: EDR certificado por el CCN, con integración a un SOC y auditorías periódicas. No es opcional: es una exigencia para cumplir la normativa y mantener contratos.

Beneficios estratégicos del EDR

Más allá de la detección avanzada, un EDR aporta ventajas que impactan directamente en la continuidad de negocio y la capacidad de recuperación:

Ejemplos prácticos y casos reales

Caso 1: Pyme industrial sin EDR
Un malware entró por un USB infectado y cifró el servidor de producción. El antivirus detectó el archivo después de la infección, pero ya era tarde. La empresa estuvo 3 días parada.

Caso 2: Empresa de servicios con EDR gestionado
Un empleado abrió un adjunto malicioso desde casa. El EDR detectó actividad anómala en el sistema, aisló el equipo en segundos y bloqueó la conexión del malware con su servidor de control. La operación continuó sin interrupciones.

Caso 3: Entidad sujeta al ENS
En una auditoría de seguridad, el uso de un EDR certificado por el CCN-CERT permitió demostrar trazabilidad completa de un incidente y cumplir con los requisitos del ENS sin sanciones.

Preguntas frecuentes (FAQs)

1. ¿Un EDR sustituye por completo al antivirus?
No. De hecho, incluye las funciones de un antivirus tradicional y las amplía con capacidades de detección y respuesta avanzadas.

2. ¿Es obligatorio tener EDR en España?
No para todos. Es obligatorio o muy recomendable para organizaciones sujetas al ENS, y es una buena práctica en sectores críticos o con alta exposición.

3. ¿Requiere personal especializado?
Sí, aunque existen servicios de EDR gestionado (MDR) que permiten externalizar su operación y respuesta.

4. ¿Puede una pyme permitírselo?
Sí, con opciones de pago por uso o licencias adaptadas al tamaño de la empresa, sobre todo si se opta por EDR gestionado.

5. ¿Qué pasa si no tengo EDR y sufro un ataque?
Podéis quedar sin visibilidad ni capacidad de respuesta rápida, lo que aumenta el impacto del incidente y los tiempos de recuperación.

Conclusión con visión de autoridad

Elegir entre antivirus tradicional y EDR no es una cuestión de moda tecnológica, sino de alinear la protección con la realidad de vuestro negocio.
Si vuestro entorno es estable, con baja exposición y recursos limitados, un EPP sólido, bien gestionado, puede ser suficiente.
Si en cambio gestionáis datos sensibles, trabajáis con entornos distribuidos o estáis sujetos a requisitos regulatorios, un EDR no es opcional: es una inversión que puede marcar la diferencia entre una interrupción menor y una crisis empresarial.

En Nimbus Tech hemos visto ambas caras de la moneda. La experiencia nos dice que la decisión correcta no se basa solo en el coste, sino en la capacidad de mantener la empresa operativa incluso en el peor escenario.

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